Motivos para el abrazo y la palabra

Reseña del XX Encuentro Internacional de Poetas de Zamora, Michoacán, México (10-12 junio, 2016)

 

La palabra nos crea, recrea, abre las venas del mundo para desangrarlas o para expandir los senderos que llevan al abrazo. La palabra se amalgama con la acción, la provoca, la somete, le da matices incluso no imaginados.

El pasado mes de junio la palabra nos ha trazado ruta a través de los caminos a veces agrestes y dolidos, otras fértiles y rebosantes de vida que conducen a Zamora, Michoacán, para conjuntar voces y acciones en una hoguera que se enciende ya por vigésimo año: el Encuentro Internacional de Poetas, trinchera forjada desde un corazón generoso, que cree en la vigorosidad de la palabra y es sensible a la luz y al odio que atraviesan nuestras ciudades, un espíritu con vetas de esos guerreros purépechas como es el de Roberto Reséndiz Carmona.


Es fascinante y enriquecedor compartir espacios tan íntimos con seres cuya energía e historia se entretejen al universo también con palabras, aquellos a quienes la vida les mueve a manifestarse desde la voz, el movimiento de sus manos y la intención para describir y reescribir los mundos que nos acogen y que no rara vez procuran también expulsarnos, silenciarnos.


Zamora y su colorida gente han abrazado de nuevo a casi 50 poetas del orbe que hemos salido con mucho más de cuanto llevamos. Este ejercicio de la palabra es un acto de entrega, de intercambio, en el cual si bien algo dejamos de nosotros, tengo claro que sobrepasa lo que la poesía me da y hace por mí, que cuanto yo podré jamás hacer por ella.


Cuántas memorias podrán desgranarse en veinte años de concretar un sueño, de hacerlo tangible, vívido en el paladar y en cada sentido, en cada onda que cruza con el aire el lago de Camécuaro. Años que con las vueltas al sol tratan de ampararse del desaliento ordinario, las violencias cercanas, el preguntarse si vale continuar tanto esfuerzo.


Cada Encuentro, cada joven en que vemos sus ojos encendidos, cada enlace que se reaviva cuando provocamos nuevos espacios en otros rincones, cuando somos una voz multiforme, un resonante eco, hacen más claros los motivos y son un aliciente para continuar la entrega con mayor pasión y renovadas fuerzas en los escenarios cotidianos, en las trincheras de la palabra y la acción que también creamos, como Tierra de Poetas en Costa Rica.


En el Encuentro de Zamora los niños y jóvenes estudiantes tienen un lugar propio. Sé, porque la vida así lo ha hecho conmigo, que los eventos literarios en instituciones educativas pueden marcar a muchos de estos buscadores. La sensibilización de nuestras comunidades hacia el valor de la cultura es un proceso como la gota en la roca. Pero también, cuando ofrecemos el corazón en las palabras, puede bastar para marcar puntos de quiebre en algunos seres de luz, para reforzar sus inquietudes y abalanzarlos hacia la vorágine creativa por la que rondaban, que se manifestará en poesía o en otras formas.


Este año, como regalo adicional, atesoro una antología del Encuentro con la firma de alrededor de 50 jóvenes del Centro Escolar Juana de Asbaje que, congregados en fila y aguardando su oportunidad, se atrevieron a llenarme de sonrisas y saludos todas las páginas posibles a cambio de una moneda de 10 colones, un dulce y un poema. Se me erizó la piel al compartir la mañana del viernes 10 de junio con estos atentos estudiantes, junto al poeta mexicano Enrique Carlos.


El ser vuelve a las gratas memorias. En el Centro Regional de las Artes de Michoacán las mesas de lectura del viernes y sábado, con sus minutos cronométricos por poeta como táctica lunar para el control de las mareas, se combinan con los asistentes de distintas edades que nos honran y con un enjambre de estudiantes del Colegio de Bachilleres de Jacona que abordan a los visitantes con preguntas y muestras de alegría. Las presentaciones de libros y la conferencia de la maestra Mariluz Suárez acerca de la lengua y poesía Náhuatl enriquecen la experiencia y van colmando las expectativas de próximos invitados a Costa Rica. Cuánto quisiéramos hacer realidad la visa para poetas, pasaje abierto al mundo.


El Encuentro de Zamora destaca por su calidez y trato cuidadoso hacia sus invitados. El convivio de cierre en el Lago de Camécuaro es un espacio mágico para afianzar las relaciones creadas y vislumbrar nuevas oportunidades. El lago y la leyenda que habita sus aguas anticipan la nostalgia de las despedidas temporales. Sé que una parte de mí vive en sus raíces.


Cada actividad del Encuentro está pulida con el cincel de la experiencia y la convicción de abrir espacios para la interacción entre voces diversas, poetas que la vida ha hecho nacer en tan distintos sitios, como múltiples son sus contextos, percepciones, estilos para volcarse en los textos. Maestros de la palabra y quienes vamos comenzando a encontrar sentido a los garabatos, a la masa informe de letras que nos habita. Todos, aprendices de la vida, árboles en el viaje interminable hacia la luz.

 

Milena Chaves Matamoros, Costa Rica