«La experiencia fue -esencialmente- interactiva y plena de entusiasmo. Tanto María Luisa Alarcón Hernández (de Toluca) como yo pudimos establecer un lazo de mucha empatía con los casi 90 alumnos que nos acompañaron y siguieron y participaron plenamente en el desarrollo de nuestras «habilidades». María Luisa, apoyándose en su labor de titiritera y su conocimiento de primer agua de la realidad local, logró una corriente de atención que no decayó. Lo mismo (afortunadamente) sucedió con mi abordaje «intimista» de poesía.
Los (casi) 120 minutos a los que se estiró nuestra performance incluyeron lecturas, diálogo desembozado, preguntas inteligentes por parte de los chicos y una evidente y palpable corriente de comodidad.
Sobresalió la calidad de anfitriones de cuatro de los maestros y los detalles con que se nos atendió. La distribución de los señaladores fue un elemento que les encantó. Resalto muchas muestras de afecto espontáneo: los alumnos pedían tomarse fotos/ selfies con nosotros. Hubo varios gestos conmovedores como el de un chiquilina conmovida que me obsequió su lapicera más querida «porque quería regalarme algo bien de ella para agradecer lo que había escuchado de mí». En fin, una experiencia vivificante que no olvidaré».-
«Resumiré mi apreciación del encuentro diciendo que encontré una organización encomiable, un trato distinguido, la posiblidad de conocer a seres entrañables que son amigos para siempre y que escuché voces sobresalientes que me / nos ayudan a llevar con orgullo este duro oficio que puede ser la poesía».
[JORGE PAOLANTONIO]